Tuesday, January 24, 2006

EL CIRCO NO SE MARCHA, SÓLO CAMBIA DE CIUDAD



¿Revienta? dice la voz. No, reinventa. Y otra vez a vueltas con las palabras, susurrándolas qué es lo que tienen que decir, cómo tienen que ordenarse, lo que deben llegar a ser. Haciéndolas saltar sobre aros de fuego, con látigo en mano. Malabarismos con letras que tienen volumen y en sus barrigas contienen Trinitrotolueno.
El circo cambia de ciudad. Se mueve. Me voy con él, en esta tierra ya no me quedan palabras que decir si no tengo a quién. Apaguemos las luces. Estoy cansado de tanto hablar, tanto escribir, de equilibrismos como Pinito del Oro sobre el alambre. Y necesito un respiro, pero no me lo dan. Me acosan las letras desde que empieza el día. Me persiguen. Aún quedan cosas sin recoger...el cañón del hombre-bala. Escapemos (escapemos, ¿quiénes? sólo estoy yo, pero como si tú estuvieras) de aquí. Pummmmmm
Estoy llegando a algún lado, la parábola termina y noto que voy cayendo...¿qué es eso? Me suena, tiene franjas de colores...y sin darme cuenta traspaso la lona y caigo de nuevo sobre la arena.
Me levanto y noto que he perdido un ojo (el otro ya era de cristal, mal apaño) y me he destrozado la boca. Y, para colmo de males, éste no es mi circo. He cambiado de ciudad con él. Quizás mi destino sea volver y volver a lo mismo una y otra vez...y volver a desenterrar a mis pequeñas de imprenta para no sentirme lo que soy, un payaso, un bufón...queriendo ser director de pista.

1 comment:

Uqbar said...

Y luego te llega alguien en un bar diciendo...
"mi hermano es un payaso, le gusta enredar con esos cacharros; los tiene todos..."

Os recomiendo leer: "Opiniones de un payaso" de Böll. Cuando la sonrisa de un payaso se rompe, (como en este caso), ¿qué le queda?

...Treg...