Friday, July 28, 2006

ATRINCHERADO (VIDA DE POR VIDA DE UN AMIGO)


Ahora en esos momentos en que las tres significan coche bomba es cuando todo lo que luce aquel cuadrado mágico, aquel teatro con tantos escenarios como medias horas, le da exactamente lo mismo. Ahora que las únicas luces que son capaces de mantenerle sentado en el sofá, conteniendo el aliento y sin parpadear no son de neón, aún sabiendo que no pueden ser carnales. Que también tienen su acento meloso, derretido sobre las almas de los trasnochadores de la insipidez. Y una vez más se dedica a eso que se llama atraer, que no es otra cosa que enamorar poco a poco, incluso haciendo de presentador de telenoticias o de tarzán intrépido sobre lianas, quién sabe. O de afamado actor latino o plusmarquista olímpico. Quizá de gran escritor o de superestrella del rock.

Lejos de lo que una vez fue el caos y otras la calma. Lejos de donde quizá no quiso estar pero el hueco tremendo lo llama a gritos como el muecín, aún a tantos kilómetros. Ese hueco se llama trinchera, o así lo conocen los lugareños. Creció de forma natural y aunque expertos de todo el mundo se acercaron a examinarla en busca de algún corrimiento de tierra o de seísmos, no hallaron ningún índice de su existencia.
Poco a poco, dijeron el otro día en la radio, la grieta se va abriendo y todo parece estar más lejos mientras que están separados el agujero de él. Se expande poco a poco y ni rellenándolo con arena, cemento y otros materiales de la construcción se produce su taponamiento. De seguir así se cree que la tierra puede cambiar su forma. Los que hacen los mapasmundi y las bolas del mundo, los atlas...ya se frotan las manos.

Monday, July 24, 2006

CARMÍN EN LAS COPAS


A Lucas nunca le gustaron las despedidas de lejos. Tampoco los adioses sempiternos. No le hacía mucha gracia los hoteles donde uno se siente como en casa ni el verano sin tormentas. Lucas se cansaba de los vasos medidos y de las asas de las tazas despegadas. Se reía al ver la ilusión que producía en la gente las fotos de la torre Eiffel o de Nuestra Señora de Notre Dame. No le agradaban lo más mínimo hacer colas en el supermercado ni los tejados planos.
Pero lo que odiaba con todos sus hígados, y todos sus colmillos era el carmín que quedaba en las copas. A veces pensaba que si bebía de aquellos vasos, podría estar besando a esa persona que dejó allí su huella, como queriendo ser seguida. Era obvio decir que idéntico resultado producían en él los cigarros con filtro atrapado por dos muescas de labios sin sus dientes ni su persona. Era tan inútil como besar el aire o perseguir su sombra. Era el reencuentro etéreo entre dos momentos diferentes.
Así que allí estaban. Esos dos medios labios que parecían comerse el vidrio. Fosilizados, hechos obra de arte que se exhibe como pieza de caza. De pronto, miró hacia ambos lados. Primero uno, luego el otro. Se percató de que nadie le observaba. Había una extraña atracción en el cristal, quizá producido por la luz que se reflejaba en él. Parecía llamarlo a besarle, como canciones de sirenas. En un ataque de irritabilidad, estrelló el vaso contra el suelo, haciéndolo mil pedazos y a la vez, marcando la huella de los labios en el firme. Se agachó con una toalla húmeda en la mano para limpiar, pero sólo consiguió de nuevo traspasarlos al tejido. Pensando entonces que no conseguiría deshacerse nunca de la marca, cortó el trozo de toalla y se lo guardó en el bolsillo izquierdo de la camisa.
Mucho tiempo más tarde se dio cuenta de que la marca había desaparecido, que había decidido traspasar la camisa y la piel para tatuarse más dentro.

Friday, July 14, 2006

ESPERAS DE UN JUEVES


No cabe más sed en eso vasos. Parece como si se fueran a romper. Pero seguían vacíos; la única que no se había rendido y desertado era la espuma, o los restos que quedaban de ella.
En la mesa de al lado, un cenicero con lo que antes fueron seis Luckys, ahora agotados y retorcidos por la muerte ardiente. Sí, quizá lo que necesitaba era un poco de suerte, que no de fortuna. Como si se pudiera vender en cajetillas de veinte en máquina parlante.
Ella sujetaba su cabeza con la mano derecha, mirando hacia ningún lado, como queriendo atravesar el aire y las paredes de aquella habitación reconvertida en un antro. Un lugar extremadamente pequeño (acogedor) al que le gustaba ir de vez en cuando y sentarse en el que ya casi bautizaba como su sitio. Le gustaba ir allí y observar a la gente, escuchar sus conversaciones e inventarse sus historias. Al fondo, esta vez, una pareja comiéndose literalmente. Un poco más cerca, las inquietudes de un grupo de treintañeros sobre el trabajo, el piso y la pareja. Y a su izquierda, una pareja silenciosa que masticaba sus palabras igual que la cena, despacio. Podrían ser historias entretenidas que contar para pasar el rato, pero no para esa noche.
De vez en cuando se quitaba el pelo de la cara, que caía sobre sus ojos y chocaba con las pestañas, rompiendo así la conexión mística con el vacío y el exterior nada más que imaginado.
Un exterior que ni siquiera dejaba de ser mirado para observar al gran dictador de nuestras acciones, el reloj. Y es que cualquiera que presenciara la escena, pensaría que esperaba a alguien y que esa persona llegaba con mucho retraso. Sin embargo, en realidad se estaba esperando a sí misma y por mucho que se empeañara en golpear las agujas o en hacerlas rodar, no por ello llegaría antes.

Tuesday, July 11, 2006

DAMIÁN EN LA PLAYA


Damián quiso sentarse aquella mañana en la arena de la playa. No se encontraba sólo, también le acompañaba el frío. Frío por pensar que los músicos han muerto o están sentados en el banquillo mientras juegan las máquinas. Contaba pocos años y sin embargo, una gran experiencia dentro de su mochila. Esa mañana gélida de verano recordaba la conversación premonitoria de la noche, donde todo lo que una persona se sincera depende de quién sea el interlocutor. Había sido una noche jamás contada entre golpeos acompasados, confesiones escalofriantes, casi lloros y un hogar de menos de un mogollón de metros cuadrados.
La mañana siguiente (esa mañana), en la que había salido de ésta para poder darse un respiro cerebral, era al menos la prueba de que la vida siempre sigue, aunque sea sin ti. Recorrió el camino hacia la arena como si fuera un zombi más entre los que allí erraban, quizá para no llamar la atención, como siempre.
Se sentó sobre los minúsculos granos y comenzó a mirar el movimiento del mar y el trasiego de gentes. De vez en cuando sentía frío y su piel se hacía de gallina. Pero al rato volvía un extraño calor que le provenía de las venas y que iba a desembocar en la cabeza, con un latir casi doloroso y poco menos que punzante.

Una vez ya su cuerpo comenzaba a adaptarse al viento, aire y arena, fueron dos arcadas lo que le devolvió al otro frío. Y después, una lágrima congelada del tiempo pasado cayó sobre la arena, que la engulló en un instante.
Ese fue el momento en que Damián pensó que uno no siempre tiene sombra y en toda la candidez que se le había ido cayendo de los bolsillos.

Saturday, July 01, 2006

TOTH (DESCUBRIMIENTOS ARQUEO-LÓGICOS)


"Toth es un personaje que realizó su ascensión hace 52,000 años. Durante 16,000 años fue el rey de la Atlántida, bajo el nombre de Chiquetet Arlich Vomalites". (umm, Atlántida...)

"Asumió la identidad del Dios egipcio Toth. El fue quien introdujo la escritura en Egipto para hacer que la raza humana pasara del primer al segundo nivel de conciencia." (ummm, escritura...)

Según Alberto Laiseca, "Cuando el dios Toth inventó la escritura, muchos egipcios se opusieron. Alegaban que iba a destruir la memoria colectiva. Pero el dios Toth sabía de los tiempos venideros. Tiempos de destrucción de la memoria, de sucesivas quemas de la biblioteca de Alejandría. Desde ese punto de vista, si la memoria oral es devastada, celebremos al menos la persistencia de la escritura. Estamos seguros de que hubiese sido mejor permanecer en una edad de oro donde la escritura no fuese necesaria, donde la iniciación verdadera pasase de boca en boca, de maestro a discípulo. Pero ya no somos tan puros ni estamos tan incorruptos como para garantizar la transmisión directa de la memoria. Por eso hay que escribir todo lo que se pueda."