Wednesday, May 31, 2006
PÉSIMOS TIEMPOS, CASI PESIBÉRRIMOS
Peores tiempos hoy. Para la lucha y para la literatura. Para los bloggers y para la música. Pésimos tiempos para la palabra y para la creación. Para expresarse y para sentir. Para poder sentirse libre. Para aullar de nuevo. Para cantar por la calle y para vivir la nueva vida (ya perdimos la cuenta de por la que vamos). Para levantar antorchas y hacerse banderas con trapo. Para la libertad de expresión, para los sueños, para la paz, para el librepensador, para pararse, para, para...
Más vale haber perdido la guerra que haber perdido la razón, decían los republicanos. Aquello fue un día. Un día que cambió el mundo, un día que acabó con mil días. Un día sólo, imagino lo que hacer con 365 o más...
(Imagen: Dalí, "El rostro de la guerra")
Monday, May 29, 2006
MÚSICA, ARTE, PERIODISMO, MARKETING, PROSTITUCIÓN Y OTROS CONCEPTOS: NOCIONES BÁSICAS
"El madrileño Parque del Retiro acoge esta 65 edición de la feria. 346 casetas y 355 expositores estarán abiertos al público..." leo aterrorizado en un diario en su edición digital.
¿Y la lucha por la música? Mmm...en los medios no está, oh sorpresa. Será porque no va la Reina, que no estaba Gallardón tocando tambores o que Ian Gibson no escribe sobre poetas de la música. Eso sí, siendo fieles a la verdad, había algún medio español (uno que yo viera) y el resto europeos.
Ahora entiendo la pregunta periodística de si queremos algo similar para la música que lo que se hace en la Feria del Libro. Sí claro, cada tambor en una caseta, incomunicado del resto...para venderse (en todos los sentidos posibles). Lo último en técnicas de marketing, que un escritor contrate a chavales para que repartan panfletos incendiarios sobre su libro (no diremos nombre porque de publicitar se encarga él y a mí no me pagan).
Ya el nombre lo dice todo: Feria, con mayúsculas. Pasen y vean, las casetas donde se atrae al primo para que dispare con una escopeta trucada. Menos mal que de música de fondo, de banda sonora, el silencio hizo huelga esta vez. El mismo silencio de los grandes creadores de opinión, siguiendo lo que vende y no alejándose de las grandes editoriales. El mismo mutismo de siempre, sobre los jóvenes que se manifiestan (sí, no sólo hacemos macrobotellones, también nos importa la vivienda y la libertad del arte, no de su industria). ¿Algo que pasa todos los años (65 ya) y donde siempre ocurre lo mismo es noticia? Revisemos conceptos, porque lo NOVEDOSO (news) estaba a escasos metros. ¿Qué dirían algunas grandes eminencias en el mundo periodístico? Oportunidad perdida. Veían cómo el perro mordía al hombre, mientras otro perro era mordido a escasos metros.
Próxima oportunidad de resarcirse: este domingo. Y si no, siempre pueden rellenar la papela diciendo quién ganó el premio Planeta (eso sí que es algo inesperado, que no vende nada y que le importa a todo el mundo)
Lección (no tan) teórica de la Facultad, un sitio gris que nos enseña (siempre en teoría) a ser independientes y no seguir las directrices de las empresas sólo porque vendan [qué interesante los libros que compró la reina; que busque en el diccionario y os lea lo que significan las palabras vendido y prostitución ]
¿Cuál es la diferencia entre un periodista que se vende y uno que no? Que el que no, cuesta un poco más.
Perdón por el sermón, pero uno sangra por la herida.
Tuesday, May 23, 2006
AMOR EN PRIMAVERA...
La llegada de la primavera significa varias cosas. Para unos, alergias; para otros, buen tiempo. Otros piensan en ella como el final del descanso y el principio de los exámenes. Los hay también que le ven cierto sentido romántico. Y por supuesto, los que piensan "que la sangre altera".
Emilio era el paradigma del caso último. Parecía sólo enamorarse de primavera en primavera. La flecha en una sola diana: Blanca.
En esos momentos de enajenación erótica la amaba, y durante el resto del año "si te he visto no me acuerdo y si no te veo no tengo porqué darte explicaciones". Lo más doloroso es que ella le quería. Como suele suceder, él a hacerla daño, consciente o no, bajo el influjo de las margaritas o de lo que sea. Y es que, bien es cierto que de primavera a primavera pasa demasiado tiempo, demasiadas cosas y más a estas edades: 12, 13, 14...Cuando cada primavera que cumples hay 9 meses restantes, un embarazo más. Así que entre embarazo y embarazo volvía a su antojo. Perdón, a su antojo con "b" de Blanca.
Y así durante tres años. Cual abeja volvía a li ar en ella religiosamente cada 21 de marzo, día de su cumpleaños para rematar. Pero llegó un día en que...no pasó nada. Aquel 21 de marzo se hizo el más desgarrador invierno en su corazón. Harta de sentirse presa de las inclemencias del tiempo, no del weather sino del time (exactamente del season time), decidió darle algo de agua templada a su alma. Si en caliente se suele errar y en frío se requiere mucho tiempo, lo mejor es actuar templado. Así surgió la idea. Que la pensara rápido no significó que la ejecutara a la misma velocidad. Aún pasó tiempo y gastó dinero y esfuerzos hasta el límite. Se hizo con una empresa que tenía el monopolio en la fabricación de calendarios. Así podría decidir según le apeteciera qué día era el idóneo para ser querida. Había momentos en que le resultaba pesado tener todo previsto, de modo que dejaba caer la fecha al azar, en cualquier día. Violando leyes, costumbres y climatología.
No vayan a pensar que iba a poner el calendario todos los días la fecha señalada. En ella también afloraba la primavera de vez en cuando.
CUANDO OLVIDAMOS...
Parecía robusto pero en el fondo era frágil. Dependía tanto de lo que los otros pensaran de él que quebrarse era su tic nervioso.
De vez en cuando gustaba de montarse en un caballo, al que se llama Cólera, pero su galope era frenado por grandes muros de ladrillo nada más comenzar.
Había por aquella época ciertos tipejos que le prohibían hasta quejarse. Se solía denominar censura. Por eso, al faltarle el coraje y la palabra, su cuerpo comenzó poco a poco a crear un sistema de defensa, en forma de pinchazos en la zona del vientre.
Así que a cada silencio sugerido, un pinchazo. Ante cada amenaza, otro.
Pasó el tiempo y acabó autocensurándose. Cada vez decía menos cosas para no importunar a la gente a su alrededor. Ya hacía tiempo que había dejado de opinar y rebelarse era algo impensable a estas alturas.
Decía poco y lo que decía era fruto de una larga meditación. Le importaba demasiado no sólo el quién, sino el qué y el cómo iba a decir las cosas. Al principio si lo sopesaba pero más tarde esto supuso un engorro y la pereza le fue dominando, así que procuró tomar las menores decisiones posibles.
Un día, los censores desaparecieron. Pero él no supo qué decir. Ya se le había olvidado con qué palabras se festejaba algo o cómo se vitoreaba.
Monday, May 22, 2006
SOULOPCIONES Y SOULACCIONES
Enfermo de adioses, mudos, de rodillas y llenos de lágrimas.
Contaminados de pañuelos blancos sin mocos y acercados a distancias separadas por doble línea continua (paralela)
Cambio de carril. Hoy ácimo, acre y ocre. La soledad que precede al beso es la más temible, sobre todo si el roce de labios no está asegurado. Es el tiempo sin tiempo en el que los segundos se alargan y congelan.
Proceso de selección: marcharse o quedarse, cara o cruz, niño o niña, rojo o azul, moneda o billete, rubio o negro...
¿Y la tercera opción? Ni te quedes ni te alejes, aparece de vez en cuando, intermitente.
No definitivo. De este modo, alegras y entristeces a intervalos, a rachas como la suerte; es decir: HACES SENTIR. Si siempre estás o nunca estás la costumbre amortigua la sensibilidad.
Así que: SOULOPCIÓN (opción del alma) y SOULACCIÓN (acción del alma) como SOLUCIÓN.
Quizá sea quecharse o mardarse.
Sunday, May 21, 2006
DERECHO DE ADMISIÓN
-¿Quieres dormir conmigo?-dijiste. Claro y ¿y quién no? No pasan por delante oportunidades como ésta todos los días. "¿Con tu pijama?"-respondí (siempre peco de estúpido)
Y vas y me rodeas con el brazo y pones la mano sobre mi pecho. Tú no notas como éste va creciendo de orgullo, como cuando te vi mirar el álbum de fotos. Menos mal que no me viste sonreír ni pasar de la sonrisa a la emoción del llanto. Será que cada pequeó detalle me deja girando en el aire.
-Son las 7.
-Cierre del Paraíso.
Siempre suele cerrar sobre esas horas. Por suerte tienen reservado el Derecho de Admisión.
Es el refugio para el sosiego donde olvidar que el aire sopla y que el sol sale.
Wednesday, May 17, 2006
LA NOCHE DE TU VIGÉSIMO CUMPLEAÑOS
Va a ser que estoy muerto en un mar de vivos. Que el calor se me pega en la noche de tu vigésimo cumpleaños y que miro al reloj y aún no tengo ganas -ni puedo- dormir.
Va a ser que el maldito mosquito no deja de sobrevolar y de hacer ruido, los coros al camión de la basura, que o se acerca o se aleja, pero nunca se queda en un sitio fijo.
Como el maldito mosquito, que no hace más que posarse en mis brazos acalorados por la fiebre de este agosto primaveral, donde ya se nota el calentamiento global de todo tipo.
Pero veamos, que el cumpleaños es tuyo y no del insecto clava-aguijones. Y yo le sigo dando vueltas a todo. Como ya decía, viendo la vida en "still" (aquel botón que tenían los prehistóricos vídeos de VHS). Esta noche parece no empezar ni acabar y los sudores no me dan tregua.
Que sí, se que debería dejar al bicho en paz y hablar de una vez, pero me vuelve loco con sus vueltas de acá para allá. Las mismas que doy yo sin hablar del día de tu nacimiento, en el que no estuve. Pero sí en el que nací yo. Y en el que renací, acto que no será la única vez que realice, al parecer.
Plaf. Adios mosquito. Vete a picar a tu madre. Y entre pico y picotazo, repique de campanas. La noche sigue avanzando inexorable, hasta mañana verte. Brindemos con veinte tragos de veinte copas con licores de veinte botellas. Veinte besos a la almohada y aún veinte minutos para las dos. Y veinte minutos para los dos, quizás también.
Feliz cumpleaños, "Moriría por ti, pero no mataría. Morir, no me duele morir, matar me lastima" (aunque sea a un maldito mosquito por perturbar tu noche y tu día)
Sunday, May 14, 2006
RELATO EN VÍSPERAS DEL SUEÑO
Tenía la conciencia de que no era producto de su imaginación por las cucarachas y las hormigas que corrían enloquecidas por el suelo. Ellas no podrían ser parte del decorado.
-"Esto debe ser el nirvana"-pensó mientras una rata entraba por el agujero de la rodilla derecha de sus pantalones.
El único sueño en el que para acabar con él y despertar debe dormirse. Los ojos enrojecidos ya nublan las imágenes y hacen que todos los movimientos contemplados se produzcan a cámara lenta. Y los sonidos, a modo de tambores, penetraban en su cabeza despacio, creando un mantra, separándole de lo que él creía que era su cuerpo.
Se rasco el mentón poblado por una media barba negra recorrida por ríos de plata formando canas. Aún le quedaban migas del último mendrugo de pan que había podido conseguir, pero no tenía espejo para vérselas ni nadie que se lo advirtiese.
Poco a poco la situación iba tomando forma. El sabor del vino caliente le refrescaba una boca pastosa de tanto cantar para sí sin ser oído. Le quedaba la satisfacción de que nadie se quejaría de que desafinara. Las miradas estaban cercanas pero no tanto como para tocarle, más que nada por esa creencia desde niños de mantenernos alejados de los desconocidos.
Tendencia que no se repite en los relatos, con excepciones, como ésta.
[Imagen de Henri Michaux: "Modos del dormido, modos del que despierta"]
Thursday, May 11, 2006
RESURRECIÓN (NO SERÍA EL TERCERO)
Encontrarle sentido a sus manos, aún cuando sean rugosas y cansadas de acariciarle el lomo y el pelo. A su forma de hacer las cosas, aunque no la comprenda por mucho que la estudie y aún así, sin tener sentido, la ame. Saber acercarse como la primera vez, tímido y receloso, como un niño ante un escaparate de una juguetería. Saber enredarse aún entre sus palabras, a veces sin oírlas. Como cuando él llega al final de una frase y le sonríe como si fuera la cosa más extraordinaria que ha escuchado nunca. Dejarse atropellar una y otra vez por su mirada, que pase por encima suya cual apisonadora y aún todavía le tiemblen las piernas al clavársela en los ojos.
Todavía le llamas por su nombre como si fuese aquel carpintero judío y le invita a dejar las redes y seguirte. Como él, no decía palabras, sino Palabras. Y no tiene que tocarse las llagas de su espalda (claramente palpables y dolorosas) para creer que ha resucitado".
Sunday, May 07, 2006
ALGO PARA NO RECORDAR (O TAL VEZ SÍ)
La correa de su reloj olía a él. Ese sudor y aquella colonia característica de hombre de otro tiempo que se echó por las mañanas durante tantos años. Era su reloj y ahora lo tenía entre sus manos mirándolo. Ese fue el momento en que se dio cuenta de que nadie se referiría a él nunca más como nieto y él nunca a nadie abuelo. No volvería jamás a escuchar la forma suave de sus voces a la hora de hablar con él, de llamarle como sólo ellos lo hacían, con ese nombre muestra de complicidad durante tantos años acumulada.
En aquellos momentos no necesitaba nada más que un abrazo para volver a sentirse vivo, no parte de un cuadro o de una escena que no estaba viviendo pero sí protagonizando. Lo que tienen los abrazos es que uno no sabe cuándo los recibirá, quizá por eso hay que guardarlos como un camello en la joroba o como la hormiga del cuento. Siempre vendrán épocas de escasez. Esta vez no había nada en la despensa y tampoco quería reclamar una muestra de afecto que parecía nunca llegar y por ello jugaba con los instantes modulándolos de tal forma que parecían arrastrarse lentamente.
Sin embargo, hay sonrisas que abrazan, como hay miradas que enamoran y andares que seducen. Como hay palabras que se clavan y dedos que resucitan. Como hay besos que crean adicción y espaldas que hipnotizan. Así sucedió en un vagón de metro, una mañana en la que había asumido la derrota de su alegría.
Fue quizás una centésima o menos, de una persona desconocida, fugaz. Pasó como una foto movida por delante de sus ojos. Hoy no podría recordarla, ni siquiera a esa boca amiga que volvió a enchufarle al mundo. Hay algunos que saben de esta historia por sus palabras que dicen que fue aquel espíritu el que le sonrió en aquel vagón.
[IMAGEN: Sergio Arau: "Preso en mi sonrisa"]
Saturday, May 06, 2006
PARÉNTESIS PARA PREMIAR (UNA VEZ MÁS) Y APLAUDIR
Como este es un lugar para literatura (entre otras muchas cosas) quiero hacer un paréntesis para hablar de dos personas que ya tienen reconocido prestigio en esto. Los dos amigos, el premio más importante que les podría dar.
Los dos compañeros bloggers. Los dos enormes. Los dos compañeros de fatigas, de facultad, de clase, de la calle Valverde. Los dos prestando sus casas.
Gracias, por tantas cosas...os diré que sigáis escribiendo, que al año que viene repetís seguro (yo al menos voy al cóctel de después, lástima que no estuvieras Jorge.)
Uno, Torres, Dos, Jorge.
Os dejo sus blogs por aquí para el que no los tenga, aunque estén en enlace:
http://republicasld.blogspot.com (Torres)
http://unlugarcitocomun.blogspot.com (Jorge)
Unas cuantas palabras más: plas plas plas plas plas plas plas plas plas plas.
Thursday, May 04, 2006
LEYES FÍSICAS INSALVABLES
Horizontales como el infinito. Lástima que no infinitamente, eternamente. Eran dos, se sentían enormes y libérrimos. Y eso que estuvieron otras veces así (no juntos) y que otros lo hacen, pero no siempre lo que más se siente es lo que duele.
Caía uno sobre el otro como cae el agua de lluvia y rebotaban cual gotas en un charco. Unas veces con más violencia, otras calmada, uniéndose al resto de gotas. Gotas que también recorrían sus contornos brillantes y sus músculos (in) tensos. Se anudaban en una maraña de brazos y piernas deseosos de abrazar y sentirse abrazados en su culminación. La clave era el enredo: sábanas, pelos, dedos, bocas, lenguas, sexos...en todo un juego de nudos y des-nudos.
De la fruición nació el cariño y más tarde, el amor. O fue al revés, o tal vez no hubo orden.
Se decía que se buscaban ardientemente o eso parecía. Aunque ambos se encontraron en otros no fueron los mismos y, aun apagando sus deseos carnales, nunca sus pieles internas se habían estremecido como en aquel instante.
A veces a ella se le escapaba un tequiero para otro destinatario. Y él hacía planes de futuro con otras personas sabiendo que no triunfarían. Ella se arreglaba cada noche para él sin que lo viera y él renunció por ella a muchas cosas sin habérselo pedido.
Almacenaban un recuerdo, que poco a poco iba desgajándose en pequeños momentos y llegaron a crearse (a creerse también) una vida juntos.
Tuvieron hijos y nietos, pero nada cambió. Habían pasado muchos años ya desde aquel día en que se rebosaron y en vez de haberse extinguido aquel fuego, le habían echado gasolina. El combustible era el sueño.
Nunca supieron que el otro había muerto. No hubo noticias en los diarios de las defunciones. Muertos ahora, pero cuando vivos se quisieron sin amarse.
EL LABERINTO
La tienda estaba cerrada. En el cartel, decía: "Next opening: Laberinto". Así que tuvo que entrar aunque estuviera en obras. Aunque estuviera en llamas hubiera entrado. Aunque en la puerta pusiera con letras gigantes: Templo maldito. La cabeza cuadrada sólo tiene una idea, y rebota en los cuatro lados, en las cuatro paredes de su paralelogramo. Pun, pun, pun, pun. Así no hay quien se la quite de la cabeza. Era como un mantra, como esa canción (himno) que escribió en un muro de ladrillos: "don´t worry about a thing, ’cause every little thing gonna be allright". Ciertamente le sonaba como canción de Mr Marley, pero como filosofía de pared tiene más atractivo underground.
Si se espabila, se queda sordo. Será como le pasa a Juan, que no oye bien de cerca. Pero la absurda idea vuelve, como una resaca de Morgan. El laberinto, el laberinto, el laberinto, el laberinto. Cuatro esquinas. Alterna al golpear en las paredes. A veces dos a dos. A veces en diagonal, otras en zigzag y en un orden caótico.
Dentro de la tienda había un andamiaje, el típico de los laberintos. Se distinguía algo de la planta y de las paredes, pero aún no se veía la solución. Más que en construcción parecía en reformas. Más que un laberinto era una ratonera. Más que una dificultad por resolver era un problema acabado. Más que un reto, algo solventado.
Pero faltaba algo. En todo laberinto que se precie debe tener cabida. No, no es un minotauro. Es...bueno, mejor no lo digo. Dejemos que la gente entre a tomar el té con mi señora, sólo soy un gusano...y no, no vayas por ese camino, nunca vayas por ese camino.
Estuvo andando por la tienda. En un rectángulo de cartón con envidiables colores se podía leer: "sales". Sí, parece que llega la primavera y que la vida es carnaval. Parece que a veces es la vida la que sigue a la muerte y el traspaso a la liquidación. Parece como si a la alegría siempre la precedieran las ganas de llorar. De meter la cabeza entre las manos y dolerte. Dolerte como un miembro amputado.
Dolerte como el tirar una pared tras otra para poder salir del laberinto de una vez y encontrarse de nuevo en la más absoluta explanada de sol, que tanto cáncer le dio a tu piel. Como el querer derrumbar los andamios a cabezazos y acabar de una vez por todas con el maldito laberinto. Tantas ganas de acabar con él como de acabar este escrito.
Wednesday, May 03, 2006
MARTES Y TRECE (JODER LO QUE ESCUECE)
Cuando todos los martes y trece se juntan en un solo día, todos los espejos se rompen cortándote las manos. Los gatos negros se te cruzan en manadas (qué digo manadas, estampidas) y se te cae un bote de sal comprado en el macro. Las escaleras te reciben de brazos o piernas (o lo que sea) abiertas, haciéndote el paseíllo.
Para colmo de bienes, llueve. Así que es probable que el paraguas se te abra en el recibidor de casa y en la calle se atranque. En caso de que no lo haga, fijo que te cae el único rayo.
Por la calle pasa un coche y te salpica al meter su rueda en un charco. Pero detrás pasaron un autobús y un camión del butano.
Parece como si sólo hubiera una nube negra enorme, eso sí, exclusivamente sobre tu cabeza.
Ese día dan ganas de buscar una viga en el techo, desabrocharse la corbata o el cinturón o lo que sea y colgarse. Pero claro, la conjura hace que la madera del techo se rompa por vieja, podrida, carcomida o por las termitas.
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