Sunday, November 13, 2005

ENÉSIMA HISTORIA DE ALGUIENES

El cielo afuera estaba de nuevo morado. Y en la casa, refugiados de aquella lluvia que golpeaba contra las ventanas, se oía el crujir de la madera.
En un sofá dormitaban los dos, cansados, unidos, entrelazados al calor las mantas. Habían estado cenando y viendo la televisión. Mientras tanto, la gata arañaba la puerta queriendo contagiarse de aquel calor y de aquel amor que empañaba los ventanales.
La casa olía a ella y a un rumor de flores. Y él, medio en sueños, dejó escapar un murmullo de los que nadie entendía; arrojó un tímido, un fugaz "te quiero". No sabemos si ella dormía o no, al menos tenía los ojos cerrados, y sonreía, quién sabe si por lo que soñaba o por las palabras de aquel compañero al que parecía conocer desde siempre.
Al despertar una de tantas veces aquella noche, la quiso contar un cuento. Un cuento en el que no había noches partidas, ni horas, ni relojes, ni despedidas con beso en el vano de la puerta. Un cuento en el que él se quedaba con ella, no tenía que despertar y huir con el día. Un cuento en el que dormían hasta las tantas porque no tenían obligaciones al día siguiente. Miento, sí que las tenían, pero no les llamaban así, porque nadie les obligó. Si quieren y para entendernos, tenían la obligación de amarse.
En aquella sala, durmieron, soñaron. Quizá con aquel cuento, consigo mismos.
Al despertar de la lluvia sólo quedaban los charcos, y de aquella noche, el sueño de volver en otro instante y un cuento por narrar.

2 comments:

Anonymous said...

Una noche, un amor, un sueño que duraron eternamente

jorgeimer said...

Si no hubiera un mañana, no podriamos definir un hoy . La vida se alimenta de sueños pendientes que no se realizaron en su momento.