Wednesday, May 03, 2006

MARTES Y TRECE (JODER LO QUE ESCUECE)


Cuando todos los martes y trece se juntan en un solo día, todos los espejos se rompen cortándote las manos. Los gatos negros se te cruzan en manadas (qué digo manadas, estampidas) y se te cae un bote de sal comprado en el macro. Las escaleras te reciben de brazos o piernas (o lo que sea) abiertas, haciéndote el paseíllo.
Para colmo de bienes, llueve. Así que es probable que el paraguas se te abra en el recibidor de casa y en la calle se atranque. En caso de que no lo haga, fijo que te cae el único rayo.
Por la calle pasa un coche y te salpica al meter su rueda en un charco. Pero detrás pasaron un autobús y un camión del butano.
Parece como si sólo hubiera una nube negra enorme, eso sí, exclusivamente sobre tu cabeza.
Ese día dan ganas de buscar una viga en el techo, desabrocharse la corbata o el cinturón o lo que sea y colgarse. Pero claro, la conjura hace que la madera del techo se rompa por vieja, podrida, carcomida o por las termitas.

5 comments:

Uqbar said...

Yo he vivido más de un día de esos que cuentas y me siento reflejado como el perdedor sin suerte...a menudo noto que mi azar ese día no está para juegos. Perdedor perdido

Anonymous said...

...pero gracias a esa madera carcomida al día siguiente te despiertas y todo te sale bien. No nos olvidemos de los grandes momentos que nos da la vida!!

gErT said...

Lo malo es cuando la madera carcomida eres tú y ese martes y trece es varios días seguidos. Al final, lo que empieza mal, mal acaba...
Veremos que ya ha salido el sol...

Anonymous said...

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Anonymous said...

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