Thursday, May 04, 2006

EL LABERINTO


La tienda estaba cerrada. En el cartel, decía: "Next opening: Laberinto". Así que tuvo que entrar aunque estuviera en obras. Aunque estuviera en llamas hubiera entrado. Aunque en la puerta pusiera con letras gigantes: Templo maldito. La cabeza cuadrada sólo tiene una idea, y rebota en los cuatro lados, en las cuatro paredes de su paralelogramo. Pun, pun, pun, pun. Así no hay quien se la quite de la cabeza. Era como un mantra, como esa canción (himno) que escribió en un muro de ladrillos: "don´t worry about a thing, ’cause every little thing gonna be allright". Ciertamente le sonaba como canción de Mr Marley, pero como filosofía de pared tiene más atractivo underground.
Si se espabila, se queda sordo. Será como le pasa a Juan, que no oye bien de cerca. Pero la absurda idea vuelve, como una resaca de Morgan. El laberinto, el laberinto, el laberinto, el laberinto. Cuatro esquinas. Alterna al golpear en las paredes. A veces dos a dos. A veces en diagonal, otras en zigzag y en un orden caótico.
Dentro de la tienda había un andamiaje, el típico de los laberintos. Se distinguía algo de la planta y de las paredes, pero aún no se veía la solución. Más que en construcción parecía en reformas. Más que un laberinto era una ratonera. Más que una dificultad por resolver era un problema acabado. Más que un reto, algo solventado.
Pero faltaba algo. En todo laberinto que se precie debe tener cabida. No, no es un minotauro. Es...bueno, mejor no lo digo. Dejemos que la gente entre a tomar el té con mi señora, sólo soy un gusano...y no, no vayas por ese camino, nunca vayas por ese camino.
Estuvo andando por la tienda. En un rectángulo de cartón con envidiables colores se podía leer: "sales". Sí, parece que llega la primavera y que la vida es carnaval. Parece que a veces es la vida la que sigue a la muerte y el traspaso a la liquidación. Parece como si a la alegría siempre la precedieran las ganas de llorar. De meter la cabeza entre las manos y dolerte. Dolerte como un miembro amputado.
Dolerte como el tirar una pared tras otra para poder salir del laberinto de una vez y encontrarse de nuevo en la más absoluta explanada de sol, que tanto cáncer le dio a tu piel. Como el querer derrumbar los andamios a cabezazos y acabar de una vez por todas con el maldito laberinto. Tantas ganas de acabar con él como de acabar este escrito.

4 comments:

Anonymous said...

Hallo I absolutely adore your site. You have beautiful graphics I have ever seen.
»

Anonymous said...

Very pretty design! Keep up the good work. Thanks.
»

Anonymous said...

Your are Excellent. And so is your site! Keep up the good work. Bookmarked.
»

Anonymous said...

Hallo I absolutely adore your site. You have beautiful graphics I have ever seen.
»