Wednesday, March 08, 2006

EL HOMBRE ACTUAL, EL HOMBRE MODERNO


No tiene tiempo ni para echar de menos. Siempre ocupado, siempre invirtiendo el tiempo en actividades. Incluso, para él, dormir es un deber. Calcula todo, incluso el tiempo para amar.
No tiene tiempo ni para darse cuenta de que no lo tiene. Debe sacar el beneficio. Su tiempo se mide en la diferencia entre el deber y el haber.
Su tiempo, como no podía ser de otra forma, es oro. Gasta eu-(o) ros en cada tiempo que "pierde". No tiene excedentes y si los tuviera no lo sabría.
Como dijo Vero, "cuando no se tiene tiempo es cuando más apetece perderlo" (incluso tanto hasta para olvidarse que no lo tiene). Parafraseándola, "compradle un poco de tiempo", pues si no, nunca sabrá que es un bien.

2 comments:

jorgeimer said...

Nos pasamos el día vendiendo el tiempo- al mejor postor por lo general-.
Bueno, nosotros los universitarios aun no, pero para eso estamos estudiando, para aprender a saber vendernos al mejor ofertor.
ES triste ¿eh?

Uqbar said...

Triste es amigo jorge, como también es triste que yo me haya dado cuenta de que el tiempo es un bien en tan poco tiempo...

No quiero que pase más, me habeís oido ayudadme a pararlo, o él o nosotros...

Puta mentira...siempre él ya lo sabemos