
Colgó el teléfono creyendo haber dicho mucho, pero en realidad no dijo nada. Sólo preguntó cosas triviales, sin formar parte de un juego. Quería decirle tanto que no acertaba a comprender cómo se le paralizaba la boca ante el pedazo de plástico que tenía apoyado sobre la cara. Al colgar fluyen todas las palabras y se quieren escapar, pero ése es un lujo que no se atreve a permitirse. No será por la frialdad de la lejanía, o por no ver sus ojos negros brillantes, o por la ficción que supone hablar por una máquina.
El caso es que quiere decírselo sin palabras. Que lo entienda, porque es algo inefable. Y antes de colgar, mientras comentaba su día y su rutina, enredaba el dedo en el cable del aparato durante unos momentos. Otros, tomaba un boli y escribía garabatos o palabras que había escuchado en la conversación, que las pensaba o que quería decirle...
Lenguaje universal: ¿wep?
Respuesta universal: ¿ein?
Silencio universal: ...
Vacío universal: pi pi pi pi...
Relleno universal: blablablabla
Consulta universal: ¿diga(me)?
2 comments:
Cuando no hay nada que decir, es mejor quedarse callado.
la distancia siempre es más fría que una mirada
Post a Comment