Saturday, October 15, 2005

CONTRA LA ENVIDIA (I)

Escribir algo bonito sin ensuciarte. ¿Cómo? ¿Con qué tinta? Hay una historia sobre un hombre que fue condenado por "manchar" un cuadro. Él sólo hacía arte. Yo dejaría este espacio en blanco, sólo con un título, para poder dedicarme a contemplar esa belleza intocable. Sólo contemplar. CON-TEMPLAR (templo, adoración, tu cuerpo es mi templo) Templo, temblar. Se parecen demasiado para ser causalidad.
Este escrito es un imposible. ¿Cómo describo la belleza? ¿Cómo la puedo superar con palabras para que te des cuenta de lo que siento, lo que veo, lo que oigo, lo que huelo...y no sé expresarlo?
En esta dichosa (de dicha, felicidad) condena he perdido mi claustrofobia. Ahora necesito tener abiertos los ojos, sí, y la mente, y cada poro de la piel, y el corazón, los oídos, la boca, los brazos...pero no porque me agobie, sino porque me perturbas, em nublas, me ciegas, me ensordeces, me enmudeces...y sigues como si nada. Ajena a ese mundo (en el que ya siempre luce el sol) que hay a sólo unos centímetros de ti, cuando me besas, me tocas, me amas, me susurras, me acaricias o sonríes. Si supieras todo lo que me gustaría expresarte, no tendría que decírtelo, ni escribirlo, y acabaría con la envidia para siempre.
Decir "te quiero" se me queda corto. No es bastante, no es ssuficiente. Sólo es una frase. Solamente un nombre más, un concepto. Y tú lo eres todo. Es más, tú eres más que todo y yo la nada. La nada es la ausencia de todo. Yo sólo soy en tu ausencia. Si tú estás quiero ser otro. Quiero ser algo para ti. No quiero ser todo, porque los dos seríamos nada. Parece lioso, pero es para que entiendas cómo me siento, como desenmaraño las telas de araña que me han poblado y consigo ordenarlas para decir: eres sublime, genial, perfecta. Cantaba Bunbury con Héroes del Silencio: "No encuentro palabras para decirlo, y a veces siento que el pensamiento es un idioma de signos sin sentido". Me vino a la cabeza al pensarte, al (d) escribirte, al amarte con mis letras y con tantas cosas...
Y podría empezar hablando de ti, de tus ojos, de tu cara, de tu piel de pantera, de tu pelo, tu sonrisa...pero el todo en ti no es la suma de las partes. El todo en ti es armonía de tu todo y mi nada, no partes colocadas sin más. Dicen que la armonía es un pilar del arte. Tú eres arte.
Y podría empezar diciendo tantas cosas... pero prefiero sentirte. Y todo esto no es más que el principio de Todo (tú) y Nada (yo).

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