Las nubes juegan a perseguirse. Una va corriendo delante y otra detrás intenta alcanzarla. Las dos nubes son empujadas por el mismo viento, con la misma fuerza.
Sin embargo, siempre la segunda de las nubes acaba atrapando a la primera.
Otros dicen que las nubes no se persiguen. Opinan que la primera le tiende las manos a la segunda. Por ello siempre acaban juntándose.
Pero a veces sucede que las nubes se separan. La nube que se marcha (o la parte de nube que se escapa) tiene una forma inicial antes de abandonar el conjunto. Y cómo no, al alejarse, la nube cambiará su forma al separarse.
7 comments:
"Supe que estaba enamorado de ella cuando descubrí que su sonrisa tenía forma de nube"
Siguiendo el ejemplo de Jorge, aquí va mi aportación en un día nublado...
"No hay mejor lugar que entre las nubes de tu pelo, para revolver las drogas con los versos..."
La gente ya no mira a las nubes.. solo la gente contracorriente. A mi me encantan, me recuerdan lo que más me gustaba cuando pintaba: hundir el pegote de pintura blanca con la yema del dedo gordo y suave y lentamente hacer diversas formas que acabarían contando historias y dibujando caras en el cielo de los personajes de los cuadros.
No veo nubes en tu blog más preciosas que tus letras, blancas sobre una noche oscura... reflejo de la luna que a su vez es la luz del sol. Sol que se empeña en hacer relucir sus textos y tocar si quiere un poco más el corazón de los que estamos a tu sombra...
Aquí esperando a que vuelvas mirando a las nubes por si alguna se parece a ti, o por si alguna me parece decir cuanto nos hechas de menos. Tal vez por si alguna lleva parte del humo que te has bebido con otro compañero de huidas. A vuestra vuelta os estaré esperando... allí dónde las nubes se mezclan con la hierba
Buscaré una nube mullida para poder leer así tus palabras y deleitarme con ellas.
Las nubes son los que nos dejaron y los que van a llegar... Las nubes son nuestros abuelos y nuestros nietos... Las nubes te revuelven algo de tan adentro que no se pueden explicar,igual que no se puede explicar la unión de un niño agarrado a la mano de su abuelo que tras tantos años se arruga como papel de fumar al sostener el aliento de su pequeño.
¿Qué os pasa que siempre estáis en las nubes? ¿Qué tienen las nubes que tanto nos atraen? Quizá sea porque las vemos muy lejos y queremos tocarlas, pensando que al hacerlo, se desharán en nuestras manos.
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