Thursday, April 06, 2006

EL DÍA


Menos mal que sonríes al ver caer el vino italiano sobre tus pies. Menos mal que me miras con esa cara diciendo "que todo va bien, que no me preocupe". Que estás ahí para contarme tu vida y dedicarme madrugones. Para hacerme una trenza, no sólo en el pelo. Para cantar y que se nos peguen las mismas canciones. Para prepararme un gran día, que al recordarlo, me viene el llanto a la garganta porque no entras en un neceser. Para dormir en la estación más gélida para algunos y a la que no me importaría llamar hogar.
Gracias por tener el asombroso poder de convertir lo que era sol en lluvia. Por poder reírme de lo estúpido y patoso que soy y porque el diluvio sea todo un entretenimiento. Por salir de cada uno de los pasteles, porque la sorpresa sale mejor cuando formas parte de ella.
A cada tren, ponerle más vías. Sólo para poder alcanzar el destino sin darme cuenta. En cuesta en el tren de la muerte. Tren de dos vagones y lleno de viejos que van a acabar con su vida. Que les queda poco y siguen fanfarroneando de tamaños. Pero la niebla sigue ahí y yo lo veo cada vez más claro: es el día. El gran día. Un día completo que aún lo tengo en los labios con sabor a cebada y a patatas fritas. A jamón y queso mojados por vino rosado. A resaca y a ti. Sobre todo a ti.

1 comment:

Jesús Vicioso said...

qué de recuerdos...