Tuesday, June 06, 2006

ALLÁ AFUERA...ABRIR LA PUERTA


El que no tenga miedo, que no siga leyendo. El que no tema verse un día calvo cual calavera que no siga viviendo (gran contradicción).
Es-tres, es-cuatro...y así, hasta diez para calmarse.
El que tema sufrir, que no se atreva.
El gozo de la calma comparado con el gozo del éxtasis, de la explosión. Démosle la vuelta, diantre. La calma del gozo o de explotar.
Por fin una puerta abierta hacia el vacío. El pomo es gelatinoso y parece que la cerradura se expande al compás de los latidos.
Vértigo en los vértices de los vórtices, si estos fueran cuadrados en otro lugar que no sea el sediento mutismo.
Los labios ya cuelgan de la pared de un museo, vigilados por cientos de cámaras de vídeo. Su imagen quedará almacenada en montones de cintas que se llenarán de polvo en un almacén, etiquetadas previamente y ordenadas. Mientras tanto, otros plastifican caricias. Los menos, guardan los abrazos en la nevera para que no se descongelen aún. Y él, llevaba siempre en la cartera, cerca del bolsillo izquierdo de la camisa y por ende, del corazón, el sonido de su voz.

El vaso nunca está vacío. Cuando parece estarlo, guarda aire. Y si no, guarda vacío.

3 comments:

jorgeimer said...

Y el vacio, siempre llama al vacio que es por ende vacio. No sere yo quien lo llene...la soledad le sienta bien.

Rodrigo said...

¿Vacio? ¿Existe? Hasta el cuerpo vacío se encuentra repleto de trivialidades...

Rôvënty said...

Quien cree que sueña
que despierte.
Quien cree que muere
que se levante.
Pues no hay llanto entre llanto
ni voz en mi voz
Tan sólo la dicha y el canto
que el olvido se llevó