Aquí me ahogo, febril, ojos brillantes, borrachera de grados sin vaso.
Sin compañeros de tragos, sin ti tú tan mía.
Hoy mis sábanas son los cleenex. Y una resaca dolorosa martillea mi cabeza y cada uno de mis nervios. Las fuerzas se me evaporan como el sudor de mi cuerpo.
Como dijo Sabina, “respirar es un lujo transitorio”. Y yo, taponado.
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