Thursday, October 11, 2007

LAS CAMPANAS DEL PUEBLO

Sucedió en el mismo pueblo donde, durante el franquismo, unos reporteros de un humilde diario descubrieron al cura colgado del campanario.
Tras ese suceso, Juan José, que así se llama, se deja ver por los alrededores de la iglesia. Cree a pies juntillas que desde la muerte del sacerdote las campanas de la torre se desafinaron. Los del pueblo quisieron convencerle de que no era así. Incluso los de la banda de música del pueblo, que tenían más oído y algunos años de solfeo, no encontraron el tono desafinado.
La conmemoración de los 25 años de democracia en el pueblo coincidió con el nacimiento de una nueva calle, que portaba el nombre del cura, no por el hecho de haberse suicidado y morir en pecado mortal (vade retro) sino por su labor misionera y de caridad a lo largo de su vida. El alcalde, al ver que el comportamiento del sujeto en cuestión desentonaba con el color y la alegría de los festejos, trató de hacerle entrar en razón, pero no consiguió nada. Todo ello se reflejó en la prensa local del día siguiente, y fue tema central de muchas tertulias en toda la región, pero dos días después ya era pescado vendido.
Ahora, pocos años después todavía se le ve, diapasón en mano, entonando un "la".

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